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martes, 31 de agosto de 2010

por Carla Weim

Promover la resiliencia desde el arte, la creatividad, y el juego :

Cuando empecé a leer sobre resiliencia lo que más me llamó la atención de su definición es que además de ser un proceso dinámico y propio del ser humano a través del cual nos enfrentamos a las adversidades, y las superamos de manera adaptativa es que incluso terminamos siendo transformados positivamente por dicha experiencia.

Es muy interesante ver su concepto descripto en la naturaleza que fue observado primero desde la física y aplicado en términos de ingeniería para materiales que transforman su consistencia luego de ser sometidos a presión, como también en ecología siendo una capacidad de ciertas especies y comunidades de absorber perturbaciones y luego como fue tomado desde la psicología para trasladarlo a una capacidad que también tenemos las personas de sobreponernos a una situación de crisis o mucha adversidad.

Entendí que es entonces una capacidad posible de desarrollar, que tiene que ver más que nada con una actitud frente a la vida, que es también un proceso que atraviesa ciertas características pero sobretodo que va acompañado del desarrollo de cualidades y que el arte mirado desde la creatividad y a través del juego eran las herramientas adecuadas para abordar este desafío.

Arte como sinónimo de capacidad, habilidad, talento, experiencia, entendido como un medio de expresión humano de carácter creativo.

La creatividad también como cualidad y capacidad del ser humano está presente en las personas y grupos que han logrado salir airosos de grandes crisis, desarrollando la posibilidad de cambiar, aprendiendo sobre la adaptación, generando recursos fortalecedores, descubriendo estrategias reparadoras para sí y los demás, proyectándose en el tiempo en que le toca vivir y despertando conciencia y esperanza respecto de los tiempos que vendrán.

El juego es la actividad inicial del ser humano, evolutivamente es aquello que le permite conectarse con el medio ambiente, intercambiar, conocer lo nuevo, practicar, es donde encontramos el origen de la fantasía y la creación. A medida que el hombre juega puede crear, por medio de este acto desarrolla todo su potencial creativo, siendo su carácter esencial la libertad.

Adhiero a R. Guido cuando afirma que juego y creatividad tienen nexos tan profundos que es casi imposible pretender separarlos. Jugar nos hace ser creadores de un orden diferente al cotidiano, al instalado como “real”. Crear a su vez nos exige que penetremos en el campo lúdico para poder transformar la realidad.

El mundo imaginario que nos permite el juego es escenario de gestación de nuevas formas, nuevos actos, y a la vez es lugar donde cambian de signos los acontecimientos del mundo real, dando a luz y revelando nuevas significaciones.

Por qué arte?

Por qué creatividad?

Por qué juego?

Tres pilares que son la base que sustenta un trabajo profundo a cerca del ser humanos, que nos permite indagar en las potencialidades escondidas, en fuerzas internas de la persona que pueden ser liberadas y así activar nuevas capacidades y formar parte de una totalidad maravillosa y enorme, no limitada.

Recurriendo a recursos que están ligados al ser humano desde su estado primitivo, las artes, que están con el hombre como una necesidad primaria que siempre tuvo de unir todos sus aspectos, haciendo un trabajo para sí y para su comunidad.

Para formar seres que contengan la capacidad de encontrar el equilibrio correcto en cada situación vital concreta.

Para fomentar la sensibilidad que produce trabajar con las propias capacidades y limitaciones.

Tuve la necesidad en mi trabajo, como docente de danza, de abrir un espacio terapéutico que nos permita ensayar distintas formas de ser, enriquecidas por el aporte grupal, sabiendo que entre todos vamos formando una trama más enriquecida y completa.

Abrir la puerta para ir a jugar… de pronto poder ir buscando desde distintos ángulos, caminos hacia la expresión de la unidad de la que formamos parte, partiendo de la base que debemos integrarnos con una mente, pensamientos, sentimientos, emociones, dentro de un cuerpo y con una chispa que nos mantiene conectados a lo espiritual.

Las artes son caminos, formas de entendernos parte de un todo; están ligadas entre sí, son una mirada, ojos del alma humana, que nos conectan con la sutileza de la belleza, la armonía, en donde se mezclan luces y sombras y forman el dibujo del mapa humano.

La experiencia del arte nos exige salir de la dimensión cotidiana, sumergirnos en un juego sensible, abandonar la búsqueda y entregarnos a un encuentro que se renueva cada vez, lúdico y de recreación continua.

Varios son los recursos, las herramientas, que uno puede ir probando para andar este camino hasta encontrar cuál contiene el propio estilo,

Cuando armo danzas, no pienso en coreografías, no es mi fuerte por lo menos, me gusta más pensar en rituales, si rituales que se organizan con un claro objetivo. Que quieren comunicar además de mostrar una riqueza técnica. Y que además integren a la persona que lo ejecuta, tal cual fueron realizados por el hombre antiguo también, donde tenían un carácter mágico. Y así podemos pensar en rituales al amor, dándole la bienvenida a este sentimiento tan elevado en nuestra vida, ritual a un cuerpo físico que realizó cambios en su forma, ritual a los recuerdos de una persona, de bienvenida a un nuevo ser que está naciendo al mundo o también funerario y de despedida a otro ser que se fue. Bailarle a todos los momentos de la vida, donde hay movimiento hay vida entonces hay posibilidad de transformación, de integración, hay esperanza de seres que pueden crecer con sus experiencias tanto en lo individual como en lo social.


"Existe creatividad en todos los individuos, y solo espera las condiciones para liberarse y expresarse".

Carl Rogers